enero 02, 2008

bukowski

apostándole a la musa / bukowski

jimmy foxx murió de alcoholismo
en un cuartucho de hotel
de mala muerte.
beau jack terminó lustrando
zapatos, justo cuando empezaba.
hay docenas, cientos,
más, tal vez mil más.
ser un atleta envejecido
es uno de los más crueles
destinos,
ser reemplazado por otros,
no escuchar más las
aclamaciones y a los conocedores, ya no ser
reconocido,
ser solamente un hombre viejo
como cualquier otro
viejo.
casi como para no creerte
a ti mismo,
revisas el álbum de recortes
con las amarillentas
páginas. y ahí estás,
sonriente;
ahí estás,
victorioso;
ahí estás,
joven.
la multitud tiene otros
héroes.
la multitud nunca
muere,
nunca envejece
pero la multitud a menudo
olvida
ahora el teléfono
no suena,
las muchachas se han ido,
la fiesta terminó.
por eso escogí ser un escritor.
si vales una maldita cosa
puedes seguir con tu relajo hasta el último minuto del último día.
puedes seguir mejorando en vez de empeorar,
puedes seguir golpeándolos contra la pared.
a través de la oscuridad, la guerra,
con buena o mala suerte puedes continuar golpeándolos,
con el deslumbrante relámpago de la palabra,
derribando a la vida en la vida,
y a la muerte demasiado tarde para ganar
verdaderamente contra
ti.

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